Comentario
Siendo la salvación el anhelo último de los fieles de cualquier época, los sacramentos ocupan un lugar de primacía en el logro de tal objetivo. Ante todo porque frente a otras vías complementarias como el rigor moral o la piedad personal, la simple práctica de los sacramentos parece identificarse en la mentalidad del laicado con el logro mismo de la salvación. Mas también porque el cumplimiento sacramental supone la aceptación de un cómodo programa de vida en el que, por encima de toda creencia, los aspectos simbólicos y litúrgicos resultan decisivos.
Esta primacía de lo ritual, expresada en ceremonias, gestos estereotipados y obligaciones positivas, tiene poco que ver con la evolución de la teología sacramental en sí, que queda estructurada definitivamente a lo largo de la Edad media cristiana, más concretamente del siglo XII. Expresión de la voluntad soberana del Creador y fuente de la gracia, el numero de sacramentos quedó entonces fijado en siete, superándose así las dudas expresadas durante el Alto Medievo.
Los sacramentos católicos son siete: bautismo, eucaristía (santa comunión), confirmación, penitencia, matrimonio), ordenación sacerdotal y extremaunción. La Iglesia protestante sólo reconoce dos sacramentos, el bautismo y la confirmación, si bien algunas iglesias protestantes los consideran más simbólicos que sacramentales.